martes, 10 de julio de 2007

El adivino y el adivinador

Regresaba de tu casa feliz después de haber estado contigo y un poco cansado por cosas que me pasaron en la semana, ya era viernes y pensé en regresar a casa y descansar, al salir por la Av. los quechuas tome un taxi medio destartalado y ruidoso, dije: Bueno no importa con tal de llegar lo antes posible tome aquel taxi, además confió en dios y sin el nada me va pasar.

El chofer del taxi escuchaba en la radio religiosamente cada uno de los consejos que la “astróloga” le daba a los oyentes que llamaban con fervientes peticiones de adivinación sobre el amor, el dinero, los estudios y el trabajo. El ensimismado rostro del conductor, que parecía ser el más asiduo oyente del programa de marras, me desanimó de pedirle que cambiara de estación. El sujeto seguramente hubiera preferido bajarme en medio de la av. evitamiento antes que quedarse sin escuchar las predicciones para su signo.Lo que siguió fue un lamentable e inverosímil espectáculo de credulidad. Náufragos en un mar de inseguridad y miedo, intentando aferrarse a una venturosa predicción, como única tabla de salvación, se sucedían uno tras otro a lo largo de veinte minutos de programa. En el Perú, al fin y al cabo, es mejor crearse una realidad paralela, para que la famosa “verdad de la milanesa” no sea tan difícil de tragar.Primero llamó una chica. Estaba ansiosa por saber si ingresaría a San Marcos. La “astróloga” le pidió que le dijera su nombre, su edad y su signo zodiacal. “A ver Fulanita las cartas dicen que tienes una gran posibilidad de ingresar a la universidad, pero eso dependerá del ahínco que le hayas puesto en tu preparación. Ahora, si no ingresas a San Marcos, no te desanimes acá dice que también tienes posibilidades en otras universidades”. ¡Qué tal estafa! Yo también le podría haber dicho lo mismo y sin necesidad de cartas. Niña, el hecho que tu preparación defina si ingresas o no ingresas a la universidad es tan obvio como saber que si no puedes ingresar a la peleada San Marcos, puedes hacerlo a alguna otra universidad con una valla menos alta. ¿Por qué agradeciste semejante despliegue de obviedad?Ni siquiera había terminado de reponerme de tamaña candidez (por ser amable), cuando entró la llamada de una respetable dama que quería saber si el hombre de sus sueños finalmente le daría bola. Lo gracioso es que el tipo ya le había dicho que no quería estar con ella y que sólo le interesaba ser su amigo. Pero no vayan a creer que la había “choteado” una, dos o tres veces, ¡fueron cinco! “Sultanita, no veo que esa ilusión tuya tenga posibilidad de prosperar. Lo mejor es que lo olvides y busques a alguien que te valore”. Mi queridad señora, ¿es que para escuchar eso necesita llamar a la radio y hacer que las miles de personas, que al igual que usted pierden el tiempo escuchando ese programa, se enteraran de su desventura amorosa? ¿No le bastaron con las cinco negativas del sujeto en mención, tenían que confirmárselo públicamente?Pero el programa estaba lejos de acabar. Todavía me faltaba escuchar la llamada del señor de cincuenta y tantos años que hace como tres meses que está sin trabajo. Rogaba porque la “astróloga” le dijera si iba a volver a ser parte de la PEA. “Las cartas no lucen nada bien. Menganito, creo que lo mejor es que vayas pensando en la forma de hacerte de un negocio. Veo difícil que una empresa vaya a contratarte”. Pero, mi querido señor ¿existe otra respuesta en un país con un alta tasa de desempleo y subempleo, con cincuenta por ciento de personas viviendo en la pobreza, con una población económicamente activa joven, es decir en la que no hay espacio para gente que sobrepase cierta edad?Y pensar que hay gente que hasta paga por esas benditas predicciones. Sin saber que en el unico que se puede confiar es en Dios el creador de las cosas

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Los Dos

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" Jesus los envió de dos en dos delante de sí, a todas las ciudades y sitios a donde él había de ir" (Lc 10, 1).

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